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Construyendo empatía - cada día

¿Te gustaría una vida sin juicios, sin crítica y sin vergüenza?

¿Una utopía, tal vez? Optimismo sin límites? ¿Un sueño inalcanzable?

Sí, yo también lo pensaba. Era tan común escuchar a la gente decir "¡no entiendes nada!", "ella es tan difícil", "sí, él siempre ha sido así, solo piensa en sí mismo", y hasta cosas peores...

Sí, "común" era, como por "hábito". Y eso no quiere decir que fuera ni natural ni obligatorio. Tengo una profunda creencia de que todas las personas hacen todo lo mejor posible todo el tiempo, basándose en el conocimiento, las habilidades, la energía y la capacidad que tienen allí y en ese momento. Y luego hemos aprendido a criticar, juzgar y avergonzarnos, y lo hemos practicado durante tanto tiempo que se ha convertido en un hábito. Es más, recibimos mucho apoyo de los políticos, los debatedores públicos y los medios de comunicación. Esta violencia verbal, por lo tanto, se vuelve "común". Y no quieres una vida así, ¿verdad?

Cuando yo descubrí la comunicación noviolenta (CNV), me cambió la vida, como también ha cambiado la vida de miles de personas en todo el mundo. Con la CNV recuperamos lo natural y lo practicamos hasta que sea lo común: una vida sin críticas, juicios y vergüenza. ¿Te unes?

Abrazos, Gert
¿Eres capaz de ver la belleza detrás del "no"?
Lee lo que opinan los participantes de mis talleres
La presencia de Gert estimuló confianza e interacción. Hubo mucha comprensión y aceptación de toda emoción. Estoy agradecida por todo el aprendizaje y todo el apoyo que tuve en el taller. 
Anna Svele Collard, Noruega
Fue muy útil ver la relación entre mis sentimientos y mis necesidades y practicar la empatía y la autoempatía.



Magnus Galåen, Noruega
No es una exageración decir que el curso ha cambiado grandes partes de mi vida. […] Ahora soy yo quien controla mis sentimientos, y no mis sentimientos que me controlan a mí.
Janina Miller, Alemania
Quiero que la CNV sea parte de mí y me siento emocionada del corazón simplemente al pensarlo. Gert comparte de una manera sincera y empática y me doy cuenta de su buen corazón. 
Ann Elisabeth Solhaug, Noruega
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